Qué más da

Cenicienta, has perdido el reloj y la noción del tiempo… Qué más da si el príncipe te ha visto tal y como realmente eres, porque, a pesar de tu andrajosa indumentaria, se quedó contigo pasada la medianoche; sé que nunca te han gustado ni los bailes ni vestirte de gala y, aún así, aunque fuera por un instante, has podido llamar la atención de alguien sin estar disfrazada.

Caramelo que desaparece en manos de una golosa Gretel que no quiere compartir las golosinas con Hansel… Qué más da si fue así de breve el momento, pues el intenso sabor dulzón de los besos regalados todavía queda como marca en tus labios.

Robin Hood hacía el bien, quitando a los ricos para repartir entre los pobres, algo que a ti, Lady Marian, te costó entender… Qué más da si tú le robas a otra lo que parece que no quiere; que hubiera tenido más cuidado y si no se esperaba que tomasen prestado lo que le pertenece, que lo hubiera guardado a mejor recaudo.

Sólo lo tienes cerca si cierras los ojos, Bella Durmiente… Qué más da si al abrirlos está lejos, al menos por un tiempo has sido la supuesta doncella en apuros que quería desprenderse de su realidad y a la que él pensaba que tenía que rescatar. Que te vales por ti misma, todos lo sabemos, pero no nos negarás que los mimos no están tan mal de vez en cuando.

Qué más da si, de repente, se va y te roba la cordura. Qué más da si te falta de día el sol y por la noche ya no hay luna. Qué más da si los sueños se tornan, de vez en cuando, en pesadillas. Vuelves a sonreír, lo demás ya no tiene que importarte. Qué más da, qué más da, qué más da!!!