Abrí aquel día mi ventana, esperando que los primeros rayos de luz me dieran el empujoncillo que me hacía falta para comenzar con la rutina diaria… Bajo el alfeizar había un niño mal vestido y desnutrido, que tiritaba de frío y lloraba por no haber comido. Al mismo tiempo, me fijé en otro chiquillo que corría calle abajo, avergonzado, porque acababa de hacerle un favor sexual a un depravado adulto a cambio de un puñado de monedas para no tener que pasar por las penurias de aquel chaval que seguía llorando. Al otro lado de la pared escuché a un vecino de derechas insultar a un vecino de izquierdas y al izquierdista devolverle los insultos al derechista a modo de defensa. Tenía que evadirme, dejar de escuchar la pelea; encendí la tele. Justo después de la emisión de un anuncio publicitario, de un cochazo de lujo que costaba un sin fin de ceros precedidos de la unidad que me es imposible contar con los dedos (omitiré la marca porque no me paga por hacerle propaganda), empezaba un debate sobre la crisis económica y las posibles soluciones para ahorrar lo que se pudiera y como se pudiera. Apagué y opté por leer la prensa: conflictos bélicos allí, atentados aquí, problemas más allá… ¡Ufff! Tampoco quise seguir leyendo. Me puse el abrigo y me fui a dar un paseo. Por el camino presencié el robo de su bolso a una anciana que apenas podía perseguir a los ladrones; vi unos camellos vendiendo droga de no muy buena calidad (¡encima!) por las esquinas; me asombré con unos chinos que estaban metiendo compatriotas en talleres clandestinos para explotarlos; fui testigo de un atropello en el que el culpable salió huyendo sin prestar ayuda; me crucé con demasiada gente enferma de gripe A (era como si ya no hubieran personas que murieran de cáncer, SIDA o de la misma pena), y hasta me llevé las manos a la cabeza cuando me contaron que un padre de familia, con cuatro bocas a su cargo, era mileurista y, en cambio, unos que tenían de profesión ser futbolistas, tenistas, baloncestistas, golfistas…, o cualquiera de los -istas que se te ocurran, ganaban sueldos millonarios. Grité un ¡¡¡es suficiente!!! y volví a casa. Esa noche me auto-convencí a mí misma, pensando que todo podría cambiar; me volví a decepcionar al día siguiente.
¿Sigues aún pensando que puede haber algún tipo de ser divino que vela por la raza humana? No me vengas con lo de que “las cosas buenas las hace dios y las malas el diablo” porque eso tampoco me sirve de consuelo; al menos, Luci(fer) no parece ser de los que tira la piedra y esconde la mano (es cruel y despiadado sin ocultarlo). No pienses que me he vuelto defensora de uno y detractora del otro; en realidad, no creo en ninguno de los dos. Defiendo los ideales empíricos, no los religiosos, y como buena seguidora de las teorías científicas de bases sólidas y demostrables (no construidas desde lo místico), sólo creo en lo que veo. No creo ni en el que es conocido como el creador ni tampoco en Satanás porque ni al todopoderoso ni al maligno me los presentaron nunca.
9 comentarios:
Querida Petardy... Respecto a la primera parte de tu post, decimos que no podemos hacernos "impermeables" a todo lo que sucede en el mundo, sencillamente porque estamos, sentimos y vivimos en él; pero la única manera de continuar es intentar "controlar" el pequeño mundo que nos rodea: nuestras cosas, nuestros seres queridos... No podemos ir más allá.
Y respecto a la segunda parte. Estamos de acuerdo contigo. Aquí nadie controla nada, el hombre, el ser humano es realmente libre para autodestruirse.
Bonito tema de debate has planteado. Yo creo en Dios y estoy convencido de su existencia. Dios nos ha dado lo más grande que podría ofrecernos; nuestra libertad. No hay que culpar a Dios de lo que nos hacemos nosotros mismos; hemos de ser capaces de comportarnos como es debido.
Un abrazo guapa
NO existe Dios, ni solidaridad suficiente para paliar tanto mal.
Un abrazo.
La situación en que vivimos lo hemos creado nosotros y sólo nosotros...
tal vez no podamos cambiar el mundo entero, pero podemos cambiar pequeñas cosas en nuestra propia vida... si cada quien pone su granito de arena podemos cubrir el mundo entero..si vamos a cambiar, hay que empezar por nosotros mismos
Saludos
Hola petardy,bueno, de lo malo culpar a satanas y de lo bueno a dios, eso es muy antiguo.En tu relato hay cosas inevitables de la vida como la enfermedad, o la muerte al igual que la vida o la felicidad, cosas que no se pueden cambiar pero si enfrentar mejor si tienes fe.Por otro lado estan la prostitucion , la guerra, la crisis, los ladrones, eso lo hace la condicion humana y su libertad de elegir. Dios no te dice que hacer si no como hacerlo tu ya haces lo que quieras.Para terminar no confundamos dios con iglesia, la iglesia, tambien son humanos.Yo soy creyente, pero cada vez menos catolica. Estoy de acuerdo con VgGirl.
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que tengas un buen fin de semana, abrazosss de tu amigo Chrissssssss
Te invito a mi blog de Imagenes http://chistianfilms.blogspot.com/
Pues pienso igualito que tú querida Petardy...
que me llamen necia, loca o científica me da igual, lo que no es, no es y punto.
...hasta que me demuestren lo contrario.
un beso grande mi niña, que pases un buen domingo
Petardy,
..nos sueltan al mundo...... y solo tenemos que vivir....
..nadie nos dijo que fuera fácil...
..pero cada día hay pequeñas cosas que nos hacen sentir que merece la pena vivir la vida....
...solos tu y el mundo.....
Para todos/as:
No me vais a poder convencer de (absolutamente) nada. Como bien dice Mary L., lo que "no es, pues no es (y punto)". Si a vosotros os han convencido con eso de las historias del cielo y el infierno, allá vosotros (no os voy a dejar de querer menos, sobre todo a ti, Himawari). No se trata de mirar hacia otro lado (porque no lo hago; considero que soy buena persona sin ser creyente) pero hay que entender que combatir individualmente pobreza, bandalismo, injusticias, abusos, corrupción... es una tarea algo complicada (sobre todo cuando hay tanto intereses y malas intenciones que mueven el mundo). Como las mías, vuestras creencias son respetables, pero a mí, a estas alturas y con tanto mal conocido, no me hace creyente ni el catolicismo, ni el mismo budismo o mucho menos el islamismo (por mencionar algunas de las religiones que existen).
Para terminar, os dejo una frase que viene estupenda para ponerle el broche al post: "la religión aporta satisfacciones imaginarias o fantasticas que desvían cualquier esfuerzo racional por encontrar satisfacciones reales". (Karl Marx)
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