Querida pequeña:
Ya ha pasado un año desde aquel ¿inesperado? fallecimiento y tengo que decirte que me sorprende tu rápida recuperación. Estoy orgullosa de ti.
Sé que la fiesta que celebrabas no terminó como esperabas (nada ocurre nunca cómo es de esperar) y tal vez, puede que hasta quisieras que la tragedia ocurriera, nunca me lo dijiste abiertamente.
Te recuerdo ultimando detalles (siempre te gusta hacer las cosas bien) para que todo fuera perfecto e inolvidable; aunque luego, ya sabes, la perfección brilló por su ausencia en toda la velada y ese instante concreto del certero golpe mortal no lo olvidarás nunca. Me consta que habías celebrado eventos como éste antes, pero a ninguno le pusiste tanta ilusión.
Tal y como se sucedieron los desastrosos hechos aquella noche (y en los dos meses siguientes), deseaste, en varias ocasiones, ser tú la que empuñara el arma homicida para acabar de una vez por todas… ¿Hubieras podido vivir con la conciencia tranquila sabiéndote asesina? Yo creo que no. Al final no lo hiciste y no debes arrepentirte: las cosas pasan de una forma concreta porque tienen que pasar así, no hay más explicaciones.
Aún tengo presente tu cara cuando el moribundo cuerpo del ser alado caía ante tus ojos. Una vez más hiciste gala de tu entereza. Cogiste lo que era tuyo y te fuiste triste, pero sin llorar. Acababan de matar a Cupido en tu presencia y no quisiste hacer nada por remediarlo… Tú también querías que se muriera. Le habías estado dando amor a un desagradecido que no lo quiso, y si por un tiempo después de los hechos te sentiste verdugo, te digo que sólo fuiste otra víctima más de la velada.
En doce meses, el brillo de tu mirada, la mía, la nuestra es distinto; no deseas resucitar al muerto, pero me contenta el comprobar en el espejo que, al menos, tu ilusión, la mía, la nuestra, continúa viva y el jovencito dios que une destinos podría renacer con más fuerza algún día.
Ya ha pasado un año desde aquel ¿inesperado? fallecimiento y tengo que decirte que me sorprende tu rápida recuperación. Estoy orgullosa de ti.
Sé que la fiesta que celebrabas no terminó como esperabas (nada ocurre nunca cómo es de esperar) y tal vez, puede que hasta quisieras que la tragedia ocurriera, nunca me lo dijiste abiertamente.
Te recuerdo ultimando detalles (siempre te gusta hacer las cosas bien) para que todo fuera perfecto e inolvidable; aunque luego, ya sabes, la perfección brilló por su ausencia en toda la velada y ese instante concreto del certero golpe mortal no lo olvidarás nunca. Me consta que habías celebrado eventos como éste antes, pero a ninguno le pusiste tanta ilusión.
Tal y como se sucedieron los desastrosos hechos aquella noche (y en los dos meses siguientes), deseaste, en varias ocasiones, ser tú la que empuñara el arma homicida para acabar de una vez por todas… ¿Hubieras podido vivir con la conciencia tranquila sabiéndote asesina? Yo creo que no. Al final no lo hiciste y no debes arrepentirte: las cosas pasan de una forma concreta porque tienen que pasar así, no hay más explicaciones.
Aún tengo presente tu cara cuando el moribundo cuerpo del ser alado caía ante tus ojos. Una vez más hiciste gala de tu entereza. Cogiste lo que era tuyo y te fuiste triste, pero sin llorar. Acababan de matar a Cupido en tu presencia y no quisiste hacer nada por remediarlo… Tú también querías que se muriera. Le habías estado dando amor a un desagradecido que no lo quiso, y si por un tiempo después de los hechos te sentiste verdugo, te digo que sólo fuiste otra víctima más de la velada.
En doce meses, el brillo de tu mirada, la mía, la nuestra es distinto; no deseas resucitar al muerto, pero me contenta el comprobar en el espejo que, al menos, tu ilusión, la mía, la nuestra, continúa viva y el jovencito dios que une destinos podría renacer con más fuerza algún día.
10 comentarios:
Preciosa carta, y esperanzador final. Un abrazo
Una vez mas me quito el sombrero y me inclino ante ti. Todos hemos sufrido desengaños pero no habia visto a nadie que lo contara desde este punto de vista.
Querida Petardy: ¿tiene culpa el cupido? Yo no lo sé. Quizá su voluntad es buena y lo que después ocurra no es responsable. Desde luego tomar las riendas de esos vericuetos emocionales es más bien difícil.
Rozando esa perfección narrativa de nuevo, eh?...Al fin vi la foto de la que me hablaste: muy puntera. Que sea la última vez que recuerdas la famosa "velada", no hay que darle más cancha a recuerdos como ese. Agradece, en todo caso, que fuera otro pasito más hacia la liberación de semejante mamarrasho. Y confía que, al igual que tú, el "jovencito dios" sólo se ha tomado un descanso para volver con más fuerza, ya lo verás. Que no se borre nunca el brillo que tenías ayer en tu mirada.
Besitos varios!! Muaaaaaaaaaa
Ay del querubin alado, si en lugar de ser un renacujao, fuese un hombre de pelo en pecho, estoy segura que más de una le hubiesemos devuelto algunas de sus flechitas...
Espero que cuando renazca, que renacerá, lo haga con la vista graduada,,que ya está bién de tanta cegera ..
Abrazos y feliz finde
me dejaste cojido con el final de tu relato.
sabes enlazar las palabras y darles vida.
un abrazo
Que sí, que cupido tiene una flechita especial para ti; made in Petardylandia, lo que pasa es que la está guardando para el momento oportuno. Espero que la próxima vez que escribas sobre el pequeño alado sea desde el punto de vista del enamorado ciego.
Besitos chata.
joselop44: tendría que haber escrito esa carta mucho antes, pero nunca es tarde... Otro abrazo.
Quequieresquetediga: creo que el punto de vista no es lo que importe. Como decía el personaje de Van Helsing en la novela de "Drácula" de Stocker, "aprendemos con nuestros fracasos, no con nuestros éxitos". Saludos.
Byron & Xinver: Cupido sólo es responsable de la mala puntería, el resto de los errores son exclusivamente nuestros. Besitos pa'los 2 (guardadle uno al jefe).
Nadiemeentiende: recordar no tiene nada de malo, lo grave sería querer repetir los hechos y yo he quedado bastante excarmentá... I promise U. Besotes gigantes.
Loles: te doy la razón. Cuando el pequeño alado resucite espero que lo haga con la vista bien graduada, no vaya a ser que con el nuevo disparo meta de nuevo la "flecha". El finde ha sido bueno. Hugs & kisses.
Paco: que alguien que sabe escribir tan bien te diga algo así es todo un honor. Bienvenido a Petardylandia.
vibeca: el querubín tiene que esperar un tiempo más por mi parte, pues ahora no me siento preparada para recibir ninguno de sus disparos. Aprovecha lo que queda de finde para dar una vueltecita con tu Romeo, que no todo va a ser trabajar. Muaka!
Excelentemente narrado, realmente te felicito. Coincido con vibeca, cupido tiene una flechita especial para ti y la está guardando para el momento oportuno.
Saludos!!!
Jorge, gracias por la felicitación. En cuanto a lo de ese disparo que Cupido guarda, que no tenga prisa por dispararlo, pero cuando lo haga que sea hacia un chico que no se parezca en nada a ninguno de sus predecesores, por favor!!! Kisses :o)
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