Al otro lado

Hay otro mundo... Menos recorrido, poco estudiado, que está cerca pero, al mismo tiempo, es un lugar lejano. Lo he visitado varias veces, pero lo que hay allí me resulta extraño, desconocido y hasta raro. Todo lo que me suena está colocado de manera inversa; parece obra de algún ser que se ha dedicado a darle la vuelta a todo lo que conozco. La pequeña cicatriz de mi ceja izquierda ahora aparece encima de mi ojo derecho, si quiero saber la hora debo recordar que el reloj lo llevo en el brazo diestro, los lunares y las pecas de mi piel han saltado de un lugar a otro y hasta los dedos de las manos se han sumado a este baile mareante que consiste en cambiar de sitio sin previo aviso; no parezco yo misma, si no un reflejo de lo que soy. Al otro lado, aquí es dónde estoy. Me siento atrapada en un sitio que no recuerdo de antes y parece que los que me rodean tampoco se acuerden de conocerme a mí. En un principio, puede parecer un espacio más seguro, tranquilo e incluso confortable, pero yo no quiero seguir aquí por más tiempo... Voy a dar un enorme salto para ir de nuevo al mundo real... Me siento atrapada, no me gusta estar al otro lado del espejo.