Pequeña, chiqui, cookie, peke son algunos de los apelativos a los que estoy acostumbrada a contestar cuando alguien de mi entorno cercano me llama o quiere que le preste atención y no hace uso de mi nombre de pila. Ese hábito que tienen en lugar de molestar, me resulta hasta gracioso, porque me parece muy curioso que aunque todos tengamos un nombre, siempre habrá gente que prefiera llamarnos de otra manera. Éste es el caso de un chico al que he conocido no hace mucho. Me contaba, hace poco, cosas sobre él, sus trabajos anteriores, lo que le gustaba, en qué mostraba más interés... Cuando se cansó de hablar, decidió preguntarme a mí. No le dije gran cosa, no soy de las que cuenta mucho a la gente que no me conoce de nada, pero sí que le comenté algo sobre el trabajo y lo agotada que terminaba cada día. Él me dijo que era lógico, ya que me implicaba mucho. _'Pareces una más de ellos, es divertido pasar por tu aula y buscarte entre los alumnos jugando, animándolos, como una más'_ fueron las palabras exactas. _'No tengo la culpa de parecer tan pequeña, la naturaleza se olvidó de darme un par de centímetros más'_ le contesté; a lo que él respondió, _'¿No sabes que lo pequeño está de moda? Además, quiero que sepas que tú eres una pequeña gran persona'_. No supe que decirle, simplemente sonreí; luego, devolviéndome el mismo gesto, él añadió, _'Me encanta esa sonrisa que tienes, tiny girl'.