· El mundo del soul está conmocionado desde ayer. El cuerpo inerte de su diva, Amy Winehouse fue encontrado sin vida en su casa de Londres. Parece que quiso entrar a formar parte en ese selecto club de los que llevan al extremo la famosa ideología de 'vive deprisa, muere joven y conserva un bonito cadáver'. Ya son siete los miembros de un grupo de personas que se dedicaron a la música y cometieron tantos excesos que, al final, tuvieron que pagar con lo más valioso: sus propias vidas.
# 1 Brian Jones (1942-1969): multi-instrumentista y co-fundador de la mítica banda 'The Rolling Stones'; la noche de su muerte, desaconsejando los avisos de una enfermera personal, se dio un chapuzón. Horas después, apareció muerto en la piscina.
# 2 Jimmy Hendrix (1942-1970): el guitarrista más grande de la historia del rock & roll se ahogó en su propio vómito. La leyenda urbana dice que Jimmy aún estaba vivo cuando llegaron los servicios sanitarios. Todavía estando consciente quiso sacar la cabeza fuera de la camilla para vomitar y uno de los enfermeros se lo impidió. Se cuenta que en la ambulancia, al sujetarlo, fue cuando el músico se tragó todo lo que intentó expulsar y murió de camino al hospital.
# 3 Janis Joplin (1943-1970): la voz más rebelde del rock y del blues. El icono de la contraculrura murió de sobredósis, aunque ciertas extrañas circunstancias rodean su muerte. La 1ª, la pureza de la heroína empleada en ese último chute [por la época, se solían consumir dosis con un 2% y en aquella habitación se encontraron restos de un 40%] y la 2ª, la desaparición de todas las jeringuillas del lugar dónde ella apareció muerta.
# 4 Jim Morrison (1943-1971): vocalista del grupo 'The Doors'; menos heroína (tenía diagnóstico de fobia a las agujas) consumió de todo LSD, peyote, alcohol, marihuana. Incluso hasta hoy en día son extrañas las circunstancias que rodean a su muerte. Fue encontrado muerto en la bañera de su piso parisino y fue enterrado sin que se le practicase una autopsia. Su epitafio está escrito en griego "kata ton daimona eaytoy" [que se podría traducir como "cada quién su propio demonio"].
# 5 Kurt Cobain (1967-1994): líder de la banda grunge 'Nirvana'. La causa oficial de su muerte fue suicidio en su casa de Seattle, pero lo cierto es que yo soy de las que piensa que detrás de su desaparición hay algo más. Se dice, se comenta, se rumorea que la que hoy es su viuda pagó al que por aquel entonces era su amante, Eldon Hoke apodado 'El Dulce', 50.000 $ dólares para que matase a su marido. No se ha llegado a demostrar nada y el supuesto autor de los hechos, apareció muerto tres años más tarde junto a las vías de un tren en California.
# 6 Amy Winehouse (1983-2011): cantante de soul, jazz, R&B y ska; después de sus problemas con las drogas y el alcohol, líos legales, fracasos amorosos, complicaciones médicas y hasta un bache laboral, no se podía esperar otra cosa. Esos han sido los precedentes de una conducta auto-destructiva que ha logrado acabar con ella.
Y ¿quién será el # 7? En realidad tendría que ser el número inicial, el # 0, el génesis, el miembro originario de este 'selecto' club, la pangea de la maldición. Me refiero al músico de blues Robert Johnson (1911-1938). Su vida está poco documentada y de lo poco que se sabe que es que fue en picado desde que su esposa y su hijo murieron en el parto. Se dedicó a componer y tocar; también se convirtió en un alcohólico empedernido de whisky y contaban las malas lenguas que su objetivo principal fue venderle su alma al diablo. Él fue el primero de los músicos malditos que murió a los 27 años y, mucho me temo, después de los acontecimientos de ayer, que no va a ser el último.