lunes, 28 de febrero de 2011
domingo, 20 de febrero de 2011
Microrrelatos XI
viernes, 4 de febrero de 2011
Mircrorrelatos X
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Hay ocasiones en las que las cosas no te salen como esperas. Trabajas duro para conseguirlas, aunque no ves recompensa por ninguna parte; ruegas al cielo algún tipo de ayuda y ésta parece que no va a llegar hasta que las ranas críen pelo. Eso es lo que le pasaba a Mario. Procuraba hacerlo todo lo mejor que sabía y nada, sin resultado favorable. Cansado, sin decirle nada a nadie, se montó en su moto sin rumbo aparente. Tres días más tarde llegó a las puertas del infierno. Cuando llamó no le abrió nadie. Gritó y exigió una entrevista con el mismísimo Belcebú. _'¡Tiene asuntos más importantes que atender, lárgate!'_ dijo una voz desde detrás del material blindado de las puertas. _'No me marcharé hasta que pueda hablar con Lucifer. Desde arriba no he obtenido respuestas, así que quiero hacer un trato con él'_. Las puertas se abrieron y el dueño de la voz, un hombre bajito y grotesco, le acompañó a una sala con muchos espejos por todas partes. Le pidió que esperara. Don Satán apareció vestido de estar por casa, batín y zapatillas a juego (rojas, sin duda) y le permitió que se explicara. _'Siendo buena persona no he llegado lejos. Quiero éxito, mujeres, dinero... Merezco el triunfo y estoy dispuesto a darte mi alma a cambio de todo'_ expuso Mario. El diablo le contestó _'Amigo, me honra tu visita y agradezco el largo viaje, pero no estás en ninguna de nuestras listas. Si alguien no aparece en ellas es muy difícil que pueda hacerlo; tendría que helarse en infierno para eso y como comprenderás, no estoy dispuesto a que eso suceda'.