miércoles, 4 de mayo de 2011

Sin orgullos ni prejuicios




Lo que realmente importa es ser uno mismo, si se pierde la propia esencia se corre el riesgo de dejar serlo. Hay momentos en los que se nos presentan pruebas difíciles y, en ciertas ocasiones, no son muchos los que logran superarlas. Confianza, paciencia y entusiasmo son los lados de un triángulo equilátero que contiene el secreto de la felicidad. El orgullo, los prejuicios y la indecisión forman figuras puntiagudas de márgenes escalenos que no nos permiten alcanzar una existencia satisfactoria. El secreto en poder dibujar figuras geométricas de lados similares está en alcanzar el equilibrio y olvidarse de lo que te condiciona para poder convertirte en un ser que además de mantenerse afortunado estará lleno de cualidades.















7 comentarios:

juanjo dijo...

Ser uno mismo es muy importante que duda cabe,pero es a veces una tarea muy dificil de lograr
Besos

David dijo...

Ser uno mismo es sin duda uno de los caminos mas rapidos para dejar, de ir soltando lastre.
Hacer lo que te apetece es sin duda el camino más rapido para estar solo. O simplemente es una alegoria que jamas se vaya a cumplir.

Dalo dijo...

Ese triangulo hay que ponerlo en práctica.

Dalo dijo...

No sé si en el comentario te mande saludos, sino te los mando en este, saludos y cuidate.

David Cotos dijo...

Cierto.

crittervenudo2 dijo...

olé!!! Qué bonito te ha quedado!!!

Quequieresquetediga dijo...

Di que si!!! Fuera orgullos y menos prejuicios, asi nos iria mejor.