miércoles, 11 de marzo de 2009

Contándote un cuento

Érase una vez, unos príncipes y princesas; pobres, sin reino y con futuros inciertos. Condenados a perder la fugaz, pero maravillosa, etapa de la infancia; obligados a trabajar de sol a sol en faenas duras y desagradables, a mendigar el pan de cada día porque son esclavos del hambre o a participar en las guerras que los mayores provocaron, con armas que les vienen grandes, porque son los reclutas perfectos: pequeños y escurridizos. Son los niños de un tal "tercer mundo" (yo sólo conozco uno; injusto, desigual y egoísta, menos mal que no existen más como ese) al que les roban la inocencia sin pudor, descaradamente. Pero hay criaturas que corren peor suerte, y esos insensatos adultos, sus padres, los venden a otros adultos más crueles capaces de ver en estos espíritus celestes a entes sexuales y los poseen, los prostituyen y los fuerzan a ejercer actividades ilegales.
¿Te ha gustado la historia? A mí tampoco. Por eso, protesto en voz alta, quiero hacer algo para cambiar el final de este cuento... Tú también podrías alzar tu voz, aunque no podamos hacer mucho más, al menos, nuestra queja será escuchada en alguna parte, nuestro sentimiento sería, poco a poco, ampliado y los personajes malvados sabrán que esperamos en nuestro cuento el "colorín, colorado".





11 comentarios:

Cyrano dijo...

alzo mi voz contigo!!!!
Un beso!!!!
GRacias por estar por el lunes...

Emma Núñez dijo...

Triste historia, triste realidad... Duele el corazón al pensar en ellos y su inhumana existencia, configurada así por los que se supone que más los quieren...
El amor tiene muchas formas, lo sé, pero en estas ocasiones no hay justificaciones religiosas ni culturales que valgan.

Un saludo Petardy.

TROY MCCLURE dijo...

La verdad es que a veces la ficción supera la realidad. La vida no es como en las películas americanas donde todo es bonito y el chico guapo se acaba enamorando de la chica que lo ama en silencio.
La vida es dura y cruel para muchísima gente, y lo peor es que los medios callan y nosotros giramos la cabeza para otro lado.
Un saludo, me ha encantado tu blog.

Petardy dijo...

Cyrano: gracias por unirte a mi voz en grito y de nada por mi presencia en tu blog. Kisses.

Emma: en época de mis padres los quitaban de estudiar a temprana edad para que trabajando, ayudaran a la economomía familiar. Hoy casi tres generaciones más tarde, ellos siguen trabajando y sus hijas hemos podido alcanzar un título universitario. Como éste no puede ser el cambio para estos niños, al menos, espero que algún día sus hijos tengan infancias distintas a las que ellos viven ahora. Besos.

TROY MCCLURE: genial tu nombre! Dura, cruel, y yo añado despiadada. Así es la vida. Unos con mucho, otros con poco. Desde que se acabó la época del trueque y se comenzó a comercializar con dinero, ese poderoso ser es el que lo domina todo y todo lo puede. Gracias por pasearte un rato por Petardylandia. Xitos.

Byron y Xinver dijo...

Efectivamente, es una triste realidad, más que un cuento. Pero cómo alzar la voz.. No sé. Lo veo difícil, porque los poderosos no tienen interés en resolver estas cosas.

Gipsy dijo...

Por supuesto que alzo mi voz, pero a aquellos que venden a sus hijos, ¿les importará mucho?. Me imagino que a veces, aunque no se nos escuche, habrá que plantarse aunque sea por "vergüenza torera".

Por cierto, que estuve investigando el error que me da al entrar en tu página, y parece que se me ha solucionado al instalar Internet Explorer 8. Así que ahora te puedo ver no sólo a través de Google Reader.

José Luis López Recio dijo...

Me gusto tu cuento. Una muy dura realidad, qu eretrata la verguenza del "primer mundo". Si no te he dejado antes el comentario ha sido por imposibilidad, al poco de entrar en el blog, me salía un mensaje diciendome que por un error, la ventana se tenía que cerrar.
Saludos y feliz fin de semana

himawari dijo...

Hola, he leido tu blog, y claro que alzo la voz contigo!! y claro que vale de algo, tan solo el echo de mostrar nuestra repudia ante estos animales que tratan a los niños como objetos sexuales o para descargar su ira... y tantas mas cosas. No ha que irse tan lejos para ver las injusticias sociales de este mundo. Un beso petardy

Petardy dijo...

Byron & Xinver: la simple queja ya es una protesta, que aunque no suene muy alto, tiene eco. Gracias por dejar otra opinión.

Gipsy: nadie había tenido problemas hasta que añadí la estantería de los libros a la plantilla del blog. Lo más seguro es que le termine quitando. Gracias por unirte a la protesta y gritar conmigo.

joselop44: la pena es que este cuento no es el único relato triste que conozco. Que tengas un domingo placentero y tranquilito.

jimawari: te agradezco que te unas a la protesta... Puede que nos escuchen en alguna parte... Ojalá! Te doy la bienvenida a Petardylandia.

Besitos pa'repartir... Muuuuuuaca!

Amig@mi@ dijo...

Me uno, hace unos minutos abrí un correo con un power point sobre este mismo tema, que me ha hecho soltar algún lágrimón,

Petardy dijo...

Amig@mi@: llorar es lo menos que podemos hacer por ellos. Ojalá hubiera una manera de parar la explotación y los abusos infantiles.