sábado, 13 de febrero de 2010

Nora no tiene quién le escuche






Nada significaba para la gente, se había vuelto transparente. Eleonora no podría haber imaginado que se volvería tan insignificante, pero un día sucedió y no lo pudo remediar.

Cuando los médicos le dijeron que jamás volvería a salir de aquella habitación no se lo pudo ni creer. Le quedaban aún tantas cosas por vivir, era tan joven, que lo último que esperaba escuchar era que iba a permanecer allí para los restos.

En un principio, todos estuvieron volcados con su causa. Sus padres la visitaban a diario, sus hermanos siempre que podían, los amigos cuando les tocaba y aquel apuesto pretendiente cada domingo en la mañana. Poco a poco, se fueron olvidando de Nora. Sus padres se volvieron demasiado mayores, sus hermanos estaban ya demasiado ocupados, los amigos, antes demasiados, luego pocos, al final, ninguno, y para ese novio fue demasiada la carga emocional que implicaban las visitas a la muchacha y dejó de hacerlas y, como él también era joven, rehizo su vida.

Relegada, así quedó la desvalida Eleonora. Cada vez más triste, cada vez más melancólica. Odiaba aquel lugar, sobre todo los días de lluvia, porque aún venía menos gente y la que hasta allí se acercaba no lo hacía para visitarla a ella. No había nadie que se entretuviera a escuchar su amargo llanto, no quedaba nadie que le diera palabras de ánimo. Nadie, ni los empleados tenían tiempo ni para limpiar su sucia lápida ni cambiar sus marchitas flores. Nora, rodeada de iguales, estaba sola en aquel cementerio.

No tengo que ser yo la que te diga que tenemos que disfrtutar aquí y ahora de los nuestros, no perder el tiempo... Mañana podría ser tarde. Sé que desde que se inventaron las excusas todo el mundo las usa, pero no hay una lo suficientemente poderosa para que no puedas regalar unos minutos de tu vida a quién le hace falta. Disfruta tu fin de semana, en buena compañía.

9 comentarios:

Quequieresquetediga dijo...

Nunca es tarde, te lo aseguro. Si quieres hablar tienes quien te escuche y a mi sabes donde encontrarme. Un besito.

Dalo dijo...

Tienes razon, ninguna excusa es lo suficientemente buena para dejar de dar un poco de calor y de alegria a otro ser humano. Lo decia Tolstói:" solo hay una forma de ser feliz, vivir para los demás". Suerte.

Seo dijo...

he de decirte que me ha gustado tanto la historia como lo que dices con ella, no nos damos cuenta de los nuestros hasta que no están y luego ya es muy tarde

es muy bonita la forma en que lo has plasmado

besos

Emma Núñez dijo...

Es duro aceptar la pérdida de una persona querida. Y el remordimiento mal compañero para aliviar la pena.
Besitos Petardy, cuídate!

El chico de ayer dijo...

Todos, sin tener que estar muertos, no hemos sentido como Nora: apartados, ignorados, olvidados. Petardy, cuídate mucho y no dejes de ser tú.

Leonardo Da Vinci dijo...

Como un día bien empleado procura un dulce sueño, así una vida bien utilizada conduce a una dulce muerte

Petardy dijo...

Karl W. Von Humboldt en una ocasión dijo que: "en el fondo son las relaciones con las personas lo que da sentido a la vida".

Buen comienzo de semana para todos/as :D

Mica dijo...

Qué profundo. A veces no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que dejamos de tenerlo. Por eso, tenemos que abrir más los ojos y empezar a disfrutar cada día como si fuera el último de nuestra gente , de los que queremos y de todo lo que nos rodea.
Un besote.

Anónimo dijo...

Petardy muy acertado! Es el trato con los demas lo que nos hace no sentirnos solos. Hay quien opina por ahi, que en la vida se puede ser igual de feliz viviendola en soledad y yo siempre me he negado a creer eso. La vida esta hecha para compartirla, ya tendremos tiempo de estar solos cuando lleguemos a donde esta Nora. Dicen que las penas son la mitad cuando se comparten y la alegrias compartidas son doble alegria.. yo me uno esa teoria!!!